Economía

¿Cómo pueden los pequeños “puestitos” crecer en una economía donde reinan las grandes empresas?

La idea común es que la economía está ya abarrotada por las grandes empresas que poseen millones en capital y maquinaria, y si bien esta idea tiene mucho de cierto es inexacta, empresas como la Coca Cola, Bimbo, Marinela, Sabritas, sólo por poner ejemplos de la industria de las golosinas y postres, tienen acaparada esa dimensión de la economía industrial, sin embargo la economía “de a pie” nunca ha dejado de funcionar con otras unidades productivas, prueba de ello son las miles de panaderías, de aguas, de paperias, de dulces etc., que no sólo sobreviven sino que se desarrollan y gozan de buena salud.

¿A qué se debe que las grandes empresas industriales no hayan podido arrasar a los “negocitos” pequeños hasta la fecha?

Porque el triunfo de unas no significa la derrota de las otras, no en un país con una amplia variedad de gustos y necesidades.

Competir con ella no se trata de vencerlas, ya que es muy probable o casi seguro que un enfrentamiento con un monstruo industrial acabe en victoria para ella, competir para los puestitos y negocios familiares significa buscar alternativas y condiciones para desarrollarse ahí donde la gran industria no llega no porque no pueda sino porque no gusta.

Se trata de que la economía de los puestitos ponga energía en las que de por sí son sus fortalezas y que eliminen todo sentimiento de “querer imitar” la calidad de los productos industriales, es que debemos darnos cuenta que los negocitos son otra cosa diferente, con su calidad, su proceso propio y único.  Se trata de ver qué tienen los negocitos por su naturaleza que la gran industria no puede tener.

¿Qué es lo que busca la gente “de a pie” en los puestitos que no puede encontrar en la gran industria?

  1. Son productos hechos a mano:   Lo que, contrario a la gran industria que produce mercancías exactamente iguales con el mismo sabor y proporción, los productos elaborados a mano tienen una calidad única e irrepetible.
    Todos acudimos por ejemplo a un puesto de papas específico sólo porque “x” o “y” salsa es mejor que la otra. Todos tenemos un puesto de memelas favorito sólo porque nos gusta cómo preparan los frijoles que lleva dentro. Cuando la gente consume productos a mano analiza cada elemento de él, minuciosamente lo califica y elige su favorito.
  1. La calidad de los productos que usa: Propio de la economía de lo hecho a mano, la gente prefiere los puestos cuya materia prima son acordes a los gustos personales por cualquier razón. Por ejemplo elige puestos de tacos cuyas tortillas son mas “gruesesitas” que otras o más “delgadas” etc.
  2. Criterio del productor(a): Por supuesto cada puesto no sería nada sin la persona que lo atiende, sabe la cantidad precisa, los tiempos precisos, sabe manejar su producto a gusto exacto de consumidor. Cuando se compra se confía en las fuerzas y capacidades de quien produce, en sus decisiones, en su “sazón”.
  3. Atención y servicio de quien produce: de lo elementos más contrarios a la industria es la atención personalizada, el cariño, y la amistad al ser atendido, cuando uno interactúa directamente con quien produjo lo que estoy comprando, está la posibilidad de dialogar sobre el producto, cómo lo hizo, por qué, qué pensó, etc. es un diálogo para conocer lo que se consume que es impensable en la industria.

Usted que tiene un puestito donde produce algo, lo que sea, debe poner atención a esos elementos minúsculos que en cambio le hacen diferente y gana la preferencia del público.

Esta columna es una invitación a los negocios familiares y unidades que producen a mano, no para que  realicen cosas nuevas, sino para que pongan atención a sus fortalezas naturales para que las cultiven y las cuiden para desarrollarse y crecer.

Facebook Comments

Fidel Sánchez

José Fidel Sánchez Juárez Economista poblano.