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El genocidio cultural avanza en Uruguay

Por Marisol Cabrera Sosa

 

En Uruguay las actividades culturales al aire libre están prohibidas. A los artistas se les niega el derecho al trabajo (derecho consagrado en la Constitución de la República Oriental del Uruguay). Estas medidas que se fueron agravando en todo el año 2020 han contribuido no sólo la pérdida del encuentro con la cultura en todas sus manifestaciones: por ejemplo, se suspendió el Montevideo Rock, espectáculo al aire libre pero sí se permitió de manera provocativa la Rural del Prado (con idénticas características pero con un componente de exposición de ganado a la que acudió en más de una oportunidad el Presidente Lacalle Pou y que supuso una circulación  masiva de personas en cada uno de los stands de la exposición).

Se ha permitido al aire libre y en espacios cerrado las actividades de los gimnasios. Como expresaba Marx en sus Tesis sobre Feuerbach el problema del pensamiento humano es un problema práctico porque el hombre tiene que demostrar la verdad. Se puede contrastar en dos ejemplos de actividades permitidas y una prohibida la acción sistemática del gobierno para hambrear a los artistas, sonidistas, directores de teatro, diseñadores, docentes e investigadores de la cultura.

La acción del gobierno se puede caracterizar por la desidia y el desapego[1],  llena del mayor desprecio a la clase trabajadora:  a modo de ejemplo dejó a 40 mil personas del carnaval sin sus ingresos en el período estival. Esta actividad cultural en el carnaval más largo del mundo (dura 40 días aproximadamente) tiene una posición crítica y combativa hacia la clase poseedora de la tierra y la oligarquía militar. Es claramente intencional la actividad opresora del gobierno que declara una cosa y realiza otra. Los trabajadores de la cultura circense (unos de los colectivos artísticos afectados) en un comunicado expresan “Los espacios escénicos protocolizados no han sido un foco de propagación del virus. Según la comunidad científica en los espacios al aire libre, manteniendo el distanciamiento físico, el aforo limitado y el uso de tapabocas, el contagio es prácticamente inviable”. Esta misma constatación es aplicada al carnaval del Uruguay. Los trabajadores están totalmente desprotegidos.

En nota de  la Diaria se da cuenta de las declaraciones  de la Directora de Cultura del Ministerio de Cultura del Uruguay “Según la Federación Uruguaya de Teatros Independientes (FUTI).  Wainstein mintió al asegurar que el subsidio para la Federación es de 8.000.000 de pesos. La gremial asegura que el subsidio ‘fue votado por unanimidad en el Parlamento a través del Art. 633 de la Ley 19.355 que se haría efectivo por medio del MEC. En el año 2017 y en el marco del 70º Aniversario de la Federación se votó por unanimidad una ampliación del mismo de $6.000.000′.  FUTI se pregunta: “¿Por qué la actual Directora le atribuye a su antecesor la asignación de estos fondos cuando son producto de una resolución Legislativa? ¿Desconoce la directora el mecanismo legal para la instrumentación de ese subsidio, al decir, que su predecesor: le sacó 8 millones de pesos a todos los sectores y se los dio a la Federación Uruguaya de Teatros Independientes, y como dos años después no le alcanzó, sacó otros 6 millones hasta que llegó a 14 millones de subsidio’?”

La Federación considera como “una nueva falta de respeto” a su organización y “al trabajo de nuestros parlamentarios que en ese momento incluía al actual presidente de la República, Lacalle Pou y al actual presidente de la Cámara de Diputados, Martín Lema”.

Entre declaraciones de las autoridades que luego son desmentidas por los trabajadores nos encontramos en el Uruguay con un cercenamiento al derecho al trabajo de los artistas y del derecho al acceso a la cultura al aire libre de la población que ha estado encerrada en medio de la pandemia. En tiempos de urgencia cultural los ciudadanos conscientes del Uruguay debemos tomar partido y denunciar a la comunidad internacional este avasallamiento de los derechos de los trabajadores de la cultura.

Agoniza la cultura y sus trabajadores en el Uruguay.

 

Músicos en la ciudad vieja, pintura de Marisol Cabrera
Músicos en la ciudad vieja, pintura de Marisol Cabrera Sosa

 

[1]       Frase acuñada de la Ministra de Economía y Finanzas en declaraciones de conferencia de prensa nacional acerca de las auditorías en el manejo de los dineros del gobierno anterior. No existió denuncia o procesamiento de ningún funcionario público, jerarca o subalterno hasta el momento.

 

 

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