¿Qué pueden hacer las y los profesionistas ante el desempleo?
3 son las actividades centrales que garantizan los pilares de un camino viable para enfrentarse al desempleo:
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- Entender la naturaleza del desempleo que nace de la crisis del trabajo asalariado.
- Romper la brecha que existe entre las personas con necesidades y las personas con capacidades productivas para resolverlas.
- Formar sus propias empresas
Cuando decimos “desempleo” nos referimos a todas las condiciones en que las labores en la que nos empleamos no son suficientes para garantizar en el largo plazo un cierto nivel de vida.
Esto quiere decir que un desempleado nunca o casi nunca se presenta como una persona que “no haga nada” sino todo lo contrario, un desempleado tiene muchos trabajos “chiquitos” de “corto plazo” “colabora en uno que otro proyecto” que le generan ingresos -a veces grandes ingresos- pero que no tiene una fuente fija para el largo plazo.
Esto más exactamente es “empleo precarizado”, dado que sí se trabaja, se trabaja mucho, pero sin ninguna seguridad. Este empleo precarizado se ha promovido como políticas nacionales e internacionales desde hace al menos 30 años, por lo que no es ningún accidente o crisis, sino que constituye la columna vertebral del modelo de desarrollo actual. El desempleo en profesionistas es más exactamente el proyecto de empleo precarizado.
Pasemos a explicar una por una de las condiciones.
1. Entender la naturaleza del desempleo que nace de la crisis del trabajo asalariado.
Cada vez es más común pensar que estudiar cualquier programa de educación superior (licenciatura, técnico, especialidad, etc.) es garantía de desempleo, o de empleo con pésimo salario, o que se trabajará en algo en lo que no se estudió, lo que es lamentablemente cierto en lo general -salvo dos o tres carreras que tienen respeto social inmediato-. Pero que esto sea cierto, no implica ni de cerca que la manera de salvarse del desempleo sea no estudiar una carrera. Como si no estudiar te abriera mejores oportunidades, todo lo contrario, dentro de la economía en la que vivimos, mientras mayor sea tu nivel de estudios más probabilidad hay de acceder a empleos mejor remunerados, como vemos en el siguiente estudio de 2016
*Tomado de www.dineroenimagen.com/2016-06-07/73982
Si un alto nivel de estudios mejora las probabilidades de empleo, pero aun así, por más estudios que se tenga el desempleo sigue siendo enorme ¿Qué es lo que está ocurriendo?
De la respuesta que se dé a esta cuestión nacerá la solución, de ahí su importancia. Pensar, por ejemplo, que el desempleo es “culpa” del profesionista en sí mismo, por “no echarle ganas”, conduce necesariamente a pensar que la solución sea el “echaleganismo” de los “coachs” que habitan el internet, que piensan que el problema es un asunto de motivación y que por lo tanto si compras uno de sus cursos de motivación se solucionará tu condición de desempleo.
Para hallar el problema real, primero recordemos cómo eran las condiciones en las que el país crecía en sus indicadores económicos durante los años que van de los 50s a los 80s aproximadamente, tiempos en que las grandes empresas de todas las ramas crecían a ritmos tan grandes que exigían a las universidades que ya graduaran gente porque tenían espacios sin ocupar en sus puestos especialistas. El escenario normal de ese tiempo era el que brindaba a los egresados grandes oportunidades laborales por parte de empresas en auge.
En este punto es claro lo que le sucede al empleo si el crecimiento de las empresas se estanca, y también es claro qué sucede si las empresas caen.
Esto es lo que ha estado sucediendo en el mundo en general y en América Latina en particular, acentuándose extremadamente por la pandemia de COVID-19. El pilar de esta crisis tan profunda del empleo profesional es la crisis de las empresas que contratan profesionistas.
Bajo el esquema tradicional entonces, para solucionar el desempleo se debe lograr el crecimiento en gran escala a las empresas que contratan a trabajadores con estudios superiores.
Lo que nos lleva a la segunda indicación.
2. Romper la brecha que existe entre las personas con necesidades y las personas con capacidades productivas para resolverlas.
¿Por qué son tan importantes las empresas? ¿Cuál es la importancia de una empresa dentro de la sociedad? Regular el ritmo del flujo con que interactúan, por un lado, las necesidades de las personas y por otro, todos los trabajos que son capaces de satisfacer esas necesidades.
Es que, cuando alguien necesita algo, va a las empresas buscando ese producto que necesita, porque habitualmente ahí lo encuentra a un precio definido. Complementariamente cuando un profesionista está capacitado “para hacer algo”, éste va a las empresas a decir “contrátenme”, “páguenme un salario” y cuando ustedes tengan un cliente, yo trabajo en lo que me digan para que ese cliente se vaya satisfecho con la empresa.
De esta forma, mediante este acuerdo, las empresas garantizan los productos necesarios a la sociedad al mismo tiempo de garantizar empleos y salarios para los trabajadores. Las empresas regulan y garantizan esta organización social en el largo plazo. Esta es su naturaleza por la que, cuando las empresas se rompen, se rompe también esta regulación social.
Tenemos, por un lado, crecientes e infinitas necesidades -desde las más básicas a las más complejas- dentro de la sociedad que no pueden ser satisfechas, y por otro lado tenemos un creciente y cada vez mayor sector de profesionistas desempleados que no tienen manera de ser útiles para resolver las necesidades.
La gran paradoja de nuestra era, la era de la quiebra de las empresas que contratan profesionistas radica en que, por ejemplo, existen miles de psicólogos desempleados habiendo al mismo tiempo cientos de miles de personas con malestares psicológicos, existen miles de economistas al mismo tiempo de empresas quebradas, maestros desempleados al mismo tiempo que jóvenes y niños sin educación, cultores físicos al mismo tiempo de enormes problemas de salud física en la población, y así con un largo etcétera.
Tenemos un sector enorme de necesidades sin satisfacer y un sector enorme de gente capacitada para resolver esas necesidades pero que no pueden resolverlas en la práctica.
Y aquí radica la alternativa que los trabajadores profesionistas debemos construir: Romper esta brecha que nos separa.
Dando pie a la tercera y última indicación de esta columna:
3. Formar sus propias empresas.
Las y los trabajadores profesionistas, deben romper esta brecha con orden, con inteligencia, con criterio, con esfuerzo y dedicación, o lo que es lo mismo, debe romperse con el uso de la dinámica empresarial. Deben formar sus propias empresas con las que cumplan las metas de romper la brecha, sólo para empezar, pero asumiendo que las metas son tan grandes como se planteen.
Para romper la brecha, no son suficiente que pongamos una cartulina en nuestra casa que diga escrito con plumón “doy terapia soy psicólogo” se trata de tomar la tarea de romper la brecha como una idea que requiere mucha seriedad y que el lograrlo sólo es posible a través de estrategias idóneas.
Por eso, toda clase de empresas son necesarias, su forma específica depende de las aspiraciones de las y los trabajadores, sumado a los compromisos que están dispuestos a aceptar. Hay que formar cooperativas, sociedades, asociaciones por honorarios etcétera.
Terminemos subrayando, la existencia de estos dos caminos que la realidad nos impone para resolver el problema del desempleo, el primero es que los desempleados esperen a que los empleadores habituales recuperen la salud económica de sus empresas -cosa que es difícil pronosticar dada la pandemia- o que los desempleados construyan sus propias condiciones de empleo digno.
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