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¿Quién es el padre de la patria mexicano? Apuntes sobre la Revolución de independencia.

Por Ricardo Méndez Hernández

“Quitemos la máscara a la verdad y digamos con ella: a todo reino conquistado le es lícito reconquistarse. ¿Pues por qué a la América no le ha de ser lícita su reconquista y santa libertad? ¿Por qué este hermosísimo continente ha de estar sujeto a un ángulo de tierra? ¿Quién ha visto el testamento de Adán , en que mande que la América sea esclava de España? Pero ya se pasaron los instantes y el dolor me lo arranca de los labios: La soberanía reside en el pueblo; esta proclama al rey; y cuando el rey es opresor inicuo, lo puede quitar y proclama otro. ¿Y quién duda que el pueblo americano ha sido el más cruelmente oprimido por lo menos en la ley de gracia? Luego puede proclamar otro que le vea con caridad; y aun puede constituir otro gobierno que no sea Monárquico.”

José María Morelos a los miembros del cabildo de Tlaxcala.

Nunca pasó por la mente del cura Miguel Hidalgo que el llamado las armas que hizo en esa madrugada del 16 de septiembre, acorralado por el descubrimiento de la conspiración de Querétaro sería, muchos años después, tomado como acto simbólico de la independencia de una nación que en ese momento no existía, y es que los símbolos fueron esenciales para forjar una patria al calor de las luchas internas que se disputaban dentro de la nación durante el siglo XIX. A lo largo de las múltiples interpretaciones que se le han dado la lucha de la independencia, el papel del cura Miguel Hidalgo ha sido pieza clave para explicar el proceso en su conjunto, cuyo desenlace se encuentra en el llamado a la unidad que haría el capitán realista Agustín de Iturbide y al que la historiografía lo había condenado al ostracismo y al vituperio hasta muy recientes fechas en las que su reivindicación ha dado un viraje que a veces es impreciso y tiende a romantizar su figura en parte porque sus valores y características se amoldan a lo que los sectores conservadores y neoliberales consideran correcto, al contrario de la revuelta popular, tumultuosa y a veces sanguinaria que demostró ser el levantamiento de Hidalgo y que continuó de manera más organizada Morelos.  

La historia no puede ser explicada por “los grandes personajes” como motores de la historia ya que esto nos llevaría a querer ver en los actores políticos actuales a ese “hombre necesario” que exige la patria y bajo cuya tutela el destino de la nación está seguro. La búsqueda de un “padre de la patria” es parte de esta narrativa paternalista que se  nos inculca desde pequeños en las aulas y que ya no vale la pena tomar en cuenta, pero lo que si es digno de contarse y estudiar es la historia de quienes lucharon, padecieron y sufrieron las revoluciones que cambiaron el curso de la historia, en este caso la revolución de independencia mexicana se inscribe en una serie de movimientos anticoloniales en los que las provincias españolas de ultramar tomaran las riendas de su vida y se encaminaran por derroteros complejos para formarse como nación de la mano de dirigentes que cristalizaron las luchas de miles de hombres y mujeres que aunque no anhelaban una “independencia” si sufrían por el sistema político y económico que imperaba.

 La figura del párroco Miguel Hidalgo es sin duda, a la luz de esto, fundamental para entender esos derroteros y es que este cura rebelde que encabezó un ejército de casi 100 mil  personas entre indígenas, campesinos, mujeres y castas en general si buscaba la independencia de la Nueva España por lo tanto era independentista y no Fernadista como se ha querido suponer, esta actitud, y pensamiento está genial y magistralmente documentado por el historiador Carlos Herrejon Peredo en su libro “Hidalgo: Maestro, Párroco e Insurgente” en el que demuestra esta visión de Hidalgo y  es que a diferencia de algunos como Allende, Aldama, o López Rayón que eran Fernandistas, el cura Hidalgo no, además de que en los planteamientos que da en Guadalajara se incluyen a abolición de la esclavitud, del tributo y se perfila una reforma hacia la propiedad. El destino trágico de Hidalgo, capturado, enjuiciado y fusilado en su peregrinar al norte lo convirtieron rápido en un mártir cívico que se elevaría al panteón cívico muchos años después.

De entre todos  los que luchaban por la independencia después de la muerte de Hidalgo,  el personaje que mejor representara los anhelos de independencia es el de José María Morelos, su origen mulato, de baja clase social además de su experiencia como cura en los pueblos de tierra caliente forjara en el un ideal de independencia que se vislumbro claro  y sin titubeos en la inmensa correspondencia que se tiene además de sus proclamas y proyectos. La vida de Morelos estuvo marcada por la tranquilidad hasta que la lucha por la independencia tocó a su puerta, su genio militar construido por sus más cercanos colaboradores ex milicianos como los Ávila, los Galeana y los Bravo, que nutrieron sus ejércitos con castas, indígenas y negros, lograron poner en jaque al poder virreinal. El proyecto de Morelos era el de una independencia total de la España, con una abolición de las castas, de la esclavitud y de la creación de un gobierno republicano, y aunque sus anhelos fueron truncados por su captura y muerte a finales de 1815, sin duda sus partidarios, entre ellos personajes como Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria continuaron con la guerra manteniéndolos intactos.

De todos los personajes de la Independencia el más controversial es Iturbide, capitán realista que enfrentó a los ejércitos de Hidalgo y de Morelos, de manera cruel y violenta dejando en 1816 el ejército realista de forma deshonrosa, pero regresando en 1820 por encargo del Virrey Venegas para enfrentar los últimos reductos de la insurrección que causaban problemas en el sur. Este capitán logró impulsar un proyecto monárquico que conquistó un acuerdo de carácter nacional que se cristalizó con  el plan de Iguala y con los tratados de Córdoba. Este plan que es tomado como la consumación de la independencia es de un carácter conservador ineludible, pues entre sus propuestas no está la independencia como tal de España, si no la  autonomía regida por el mismo Fernando VII o por algún miembro de la realeza borbona, además de que deja intacta la propiedad y no menciona la esclavitud o el tributo. La vía conservadora de la independencia mexicana que nada tenía que ver con los planes de Hidalgo Y Morelos, al final triunfó, pero los vaivenes de la política y el nombramiento de Iturbide como Emperador y su posterior fracaso como tal hará que muchos de los insurgentes que habían combatido con Morelos y que eran republicanos ganaran terreno en la política nacional y proclamaran una Republica Federal para el año de 1824. Los caminos, muchas veces pedregosos, que se tomaran entonces, con una nación endeudada con los capitales ingleses y una clase política dividida serán parte de los anhelos de independencia de una nueva nación que se enfrentara a un mundo caótico y hostil. El buscar un padre de la patria, anula la búsqueda de quienes formaron la nación, los pueblos que se organizaban clandestinamente, quienes pelearon en las crueles batallas, los que murieron, y lo que aun hoy, siguen luchando por una verdadera independencia.

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