Aquí dentro. Ejercicio de Escritura Creativa
Escribir es una necesidad que nos enfrenta al mundo, al mundo propio en primer momento y luego, si lo deseamos al mundo en su totalidad. Escribir es un modo de digerir los aprendizajes cotidianos y académicos, apropiarse de una misma(o) y porque no, de lo que siente. Es en este punto donde la escritura retoma su papel terapéutico, donde echamos mano de ella y evidenciamos lo que no está presente a simple vista, pero sobre todo nos damos el tiempo para jugar con ello. Como facilitadora, me doy a la tarea de acompañar a las personas en la reescritura de su vida. A través de la escritura fabricamos el presente, y también, porque no reacomodamos un pasado que estaba incompleto.
Los documentos terapéuticos son expresiones y recordatorios del progreso de la persona en la terapia. Incorporan nuevos conocimientos, perspectivas y cambios que son parte de una nueva visión con que la persona contempla su experiencia; pueden celebrar y afianzar el cambio y el éxito.
Desde mi práctica como arteterapeuta y facilitadora de talleres de creación literaria, he podido confirmar que la escritura creativa, específicamente y para este caso, la escritura de textos poéticos son un recurso muy útil para incorporar cambios a las nuevas narrativas de la persona. El juego con los tipos de palabra permite una asociación libre que posteriormente, con el tallereo se convierte y conlleva una reconstrucción de las ideas. Otra estrategia que ha resultado efectiva es retomar la estructura de un texto ya conocido o publicado y tomarla para animar a las participantes a escribir. Esquivando uno de los miedos principales: la hoja en blanco.
En estos días, donde requerimos adaptarnos a los cambios, tuvimos a bien animarnos a realizar un taller de escritura creativa como parte de un entrenamiento de Arteterapia[1], que había iniciado en Oaxaca meses antes de la contingencia sanitaria. Escribimos y compartimos a la distancia. Reflexionamos en torno a los textos publicados como una forma terapéutica de dar cierre a nuestra experiencia, y ver que más allá del proceso de creación, el compartir también nos reconstruye.
El escrito que a continuación se muestra parte de la lectura y retoma la estructura del texto “Todo lo que es un cuerpo” de Natalia Monsegur. En este ejercicio colectivo de creación, Yareli, Teresa, Lirio e Isabel se van reconstruyendo a través de mostrarnos lo que es su propio cuerpo y lo que contiene.
AQUÍ DENTRO
Aquí dentro de mi cuerpo guardo inciensos que me curan, un pedazo de estrellas para soñar todo el tiempo; caramelos de tres colores para endulzar mis malos ratos, para quitarme de la lengua los besos venenosos, y también ¿Por qué no? Confieso que tengo un radar de amarguras que me aleja del peligro.
Aquí dentro de mi cuerpo guardo los suspiros de momentos que fueron y de los que no. Y con ellos las risas acumuladas con tantas personas distintas.
Como una bocina, guardo las melodías de voces y canciones, que escuché y canté, algunas para mis hijos, y otras para arrullarme en una noche fría, como la tradicional Noche de Paz en un verano caliente. Pero en especial, guardo la voz de mi madre.
En un álbum de flachazos guardo escenas de toda mi existencia, que surgen de pronto para revivirlas con gran intensidad, algunas parecían haberse olvidado.
En mi reguilete interno están los movimientos que un día practiqué con soltura, como el Split, y las muchas horas de baile, que mis rodillas y pies aún festejan.
Guardo en ciertas partes de mi cuerpo las caricias de los muchos amores que un día coleccioné y ahora despido formalmente de mi memoria.
He decidido limpiar este cuerpo templo, para rehacer de cada ángulo una maravilla, a mi total gusto y forma, sin moda ni lineamiento, solo los parámetros de la intuición, curtida ya en el tiempo.
Y con todo ello, empiezo a guardar en un pequeño cofre, cerrado a doble llave, ese cansancio acumulando de tanto trabajo y los mejores momentos de una vida intensamente simple.
Aquí dentro también guardo las brisas que recorren mi cuerpo haciendo cosquillas y muriendo de felicidad. Sin dejar de lado las tormentas y los tornados.
Aquí dentro de mi cuerpo guardo un asimétrico mar de aventuras, que comienza con las primeras olas joviales tocándome la cara y mostrándome la alegría de mi corazón; unos peces saltarines, ansiosos por comerse al mundo y guiándome con la marea hacia mi destino. Más adentro encuentro la variedad de algas marinas y su añoranza de libertad: luchan por ser escuchadas y aclaman justicia, temblando profundamente.
Aquí dentro guardo mis propios silencios. Aquí dentro también, puedo extinguir la palabra.
Agradezco a todas y todos los que construyeron esta posibilidad reescribir nuestra experiencia de creación colectiva a la distancia y desde el confinamiento como cada quien lo enfrenta. Agradecimiento especial, al Instituto de Género Familia y Comunidad IGEFAM A.C por la invitación y acompañamiento de estos procesos de vida.
La pregunta queda abierta ¿qué guardas dentro de tu cuerpo?
Texto: Brenda Contreras Cruz
Ejercicio colectivo de escritura:
Isabel, Lirio, Teresa y Yareli.
[1] El arteterapia es un acompañamiento de personas en dificultad (psicológica, física, social o existencial) a través de sus producciones artísticas, obras plásticas, sonoras, teatrales, literarias, corporales y bailadas. Jean-Pierre Klein
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