Hola, papá. Te extraño.
En el jardín donde nada crece, aquí te espero, papá.
Hoy es tu día, padre,
y no es bueno ni malo,
pero es un día miserable
para la gente como yo.
-“¿Por qué?” -Podrían preguntárse
todas aquellas personas
que han crecido con un padre,
que han vivido cualquier día
cerca de su paciencia y amor,
cerca de su liderazgo
y las caricias en la cara
cuando su padre orgulloso
animaba su labor.
Padre, ¿en dónde estás ahora?¿Acaso debo buscarte? ¿Acaso debo interesarme en cómo te encuentras hoy?
Padre, hoy soy un padre también,
he procreado a un niña,
hermosa cara de Luna,
más estando hoy alejado,
la recuerdo con dolor.
Dime, padre, ¿qué debo hacer?
¿Cómo resuelvo las cosas?
Ayúdame, papá.
Hoy en tú día solo veo tu reflejo en mi espalda,
en los errores cometidos,
y en la falta que le hago a mi hija.
Entonces me pregunto,
¿qué habrá pasado contigo?
¿Por qué tu matrimonio falló?
¿Me extrañas, papá?
Hola, papá, te amo.
Quisiera verte de nuevo,
Quisiera platicarte mi vida,
De padre a padre,
De hombre a hombre.
Yo no soy malo ni bueno,
Y siempre busco constante.
Una luz en el cielo
Que me permita seguir.
Y es que no tuve nunca
A mi padre a mi lado
Para que éste me guiara
Hasta ser un buen papá.
Papa, te extraño,
Y ahora comprendo
La complejidad de la vida
y de la paternidad.
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