LetrasPoesía

La tristeza es un señor peludo que sonríe

Al caminar por las aceras

noto las sonrisas

que son puestas de manifiesto

en los rostros de la gente

al topar de frente

con mi barba kilométrica

producto de casi 6 meses

de impaciencia, frustración y pensamientos;

me gustaría escuchar sus melódicas carcajadas

pero para mí desgracia

cargo con los audífonos bien anclados a los oídos

seguramente yo también reiría con ellos.

 

También puede ser que su actuar de hienas

se deba a que mi alborotada cabellera

recargada hacia mi costado derecho

(la única vez que mi cabeza resolvió

tomar esta burgués orientación)

por razones que yo ignoro, ha decidido mostrar

que ya se han forjado entradas en mi sien

y que en mi futuro la palabra calvicie

se muestra amenazante como una realidad.

 

Y es más real cuando abrumado por el calor

que como furia de incendio azota

el octavo de ambiente que aún nos queda;

me veo obligado a recoger mi cabello,

mostrar los dos surcos aun truncos

que casi 26 años de recorrer camino

en mi frente se han marcado.

 

Mi apariencia es un caos y lo sé,

más de una vez he escuchado las voces

que claman por cortar mi cabellera

aunque no sea con un tomahawk,

recortar mi barba con una podadora

(por que la máquina convencional sería deficiente)

para que recupere la juventud

que está escondida detrás de esta maraña de pelo.

 

No entiendan mal amigos

sus consejos estéticos los tomo con alegría,

no como crítica destructiva a mi peculiar facha,

se también los comentarios con dolo

que provienen de los acosadores de pantanos,

pero saben que de nada vale remodelar la fachada

cuando el edificio se está cayendo.

 

Más aun cuando no pretendo vender mi hogar

ni intercambiarlo por sonrisas de aceptación,

estoy echando una buena capa de esperanza en los cimientos;

esta señorita se había fugado por completo

se fue cuando vio a lo mejor de mi generación

morir por balas, por hambre

o vivir denigrándose con aceptación en su sonrisa.

 

He de confesar

-no sin que una lagrima de dolor se me escape

perseguida por una risita de odio-

que lo de mi barba tiene un motivo;

aún no supero ver al hombre de la piedra, la sonrisa y la guitarra

en una cárcel

ese compañero a distancia

cuya coincidencia conmigo y único delito

es tener la alegría por bandera y quererla para todos,

saberlo ahí aún me roba el sueño por las noches.

 

Confesaré un pecado que mi tristeza provocó,

veo que quien se acerca a mí

lo hace sin prejuicios

se los arranca de la cabeza

ve a través de esta enredadera negra

y toca con ternura;

no mi piel, no mis poros,

no descubre mi juventud escondida

encuentra al hombre que soy

que sabe matarse a carcajadas por un mal chiste

hacerse uno con el dolor ajeno

y mejor aun

reírse de sí mismo.

 

Eduardo García Rito/ Lalo

Trabajador, activista y luchador social.

El 22 de diciembre de 2017 en la ciudad de México fue asesinado el compañero Jorge Eduardo García Rito, a los 27 años de edad. Lalo era un joven activista sindical comprometido con la lucha de los de abajo, siempre solidario, participó con las luchas del magisterio y los normalistas en Oaxaca, Guerrero, Michoacán y la ciudad de México.

Facebook Comments