Es el educador quien debe ser educado | Antonio Gramsci [Carta desde la cárcel]
Hoy, un aniversario más del día del maestro,
desde el equipo de Eco Latinoamericano tomamos esta carta que escribió Gramsci desde la cárcel
aconsejando sobre las actitudes y punto de atención de los educadores
para el proceso de educar.
Queridísima Teresina:
he recibido tu carta del 28 de abril. Creo que tanto tú como Grazietta os habéis equivocado por completo respecto del significado de las observaciones que yo hice a propósito de Mea.
En primer lugar, yo he conocido a Mea tan sólo en 1924, cuando tenía pocos años y por tanto no estoy en situación de juzgar cualidades ni la firmeza de estas cualidades. En segundo lugar y en general, evito siempre valorar a cualquiera basándome en lo que suele llamarse “inteligencia”, “bondad natural”, “prontitud de ingenio”, etcétera., porque sé que tales apreciaciones tienen muy poca importancia y son engañosas. Más que todas estas cosas me parece importante la “fuerza de voluntad”, el amor a la disciplina y al trabajo, la constancia en los propósitos, y en este juicio tengo en cuenta, más que al niño, a los que le orientan y que tienen el deber de hacerles adquirir tales hábitos, sin mortificar su espontaneidad.
La opinión que me he formado, basándome en las palabras de Nannaro y de Carlo, es precisamente ésta; que todos vosotros os desinteresáis de solicitar a Mea adquiere estas cualidades sólidas y fundamentales para su porvenir, sin pensar que más tarde esta tarea será más difícil y acaso imposible.
Me parece que olvidáis que actualmente en nuestro país se han puesto a las actividades femeninas condiciones muy desfavorables ya desde las escuelas primarias, como por ejemplo la exclusión de las jovencitas de muchas bolsas de estudio, etcétera., por lo que es necesario en la competencia que las mujeres tengan cualidades superiores a las que se piden para los varones y una mayor dosis de tenacidad y perseverancia.
Evidentemente, mis observaciones no iban dirigidas a Mea, sino a quien la educa y dirige; en este caso más que en ningún otro me parece que es el educador quién debe ser educado
C 189, 4 de mayo de 1931
Este texto se pertenece a las CARTAS DE LA CÁRCEL
cuya fecha exacta se encuentra a pie del texto.
Esta edición fue transcrita del libro LA ALTERNATIVA PEDAGÓGICA,
de la editorial Fontamara, colección dirigida por Juan de Dios González Ibarra en 1988
de la pagina 245 y 246.
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