500 años de la “conquista de México” o Cinco siglos de confusiones.
Por: Ricardo Méndez
La tradición de los oprimidos nos enseña que la regla es el «estado de excepción» en el que vivimos.
Walter Benjamín
Desde hace algunos meses se ha desatado un sinfín de polémicas y debates en torno a los 500 años que cumple la caída de Tenochtitlan y el fin del imperio Mexica y no es para menos, desde el presidente de la republica con su exigencia de perdón al rey de España hasta el polémico pronunciamiento del partido de derecha VOX todos han atizado el fuego de una polémica interminable y es que desde que nuestro país se hizo independiente figuras como la de el extremeño Hernán Cortes han resultado polémicas e incluso se les ha demonizado al grado de que el ilustre conservador Lucas Alamán a mediados del siglo XIX tuviera que esconder los restos del capitán español ante su inminente destrucción. Pero, lejos de estos anecdóticos sucesos el proceso de conquista siempre ha suscitado grandes debates, hoy por hoy se debe no solo seguir con investigaciones rigurosas y alejadas de las fobias políticas, sino que se debe de criticar la narrativa de la “Conquista de México”. Para ello propongo los siguientes puntos que, a mi parecer, deben tomarse en cuenta:
1.- España como estado asume la historia de los reinos que se unieron para dar Génesis a la monarquía española como parte de su historia, es mas cada 12 de octubre se celebra con bombo y platillo este acontecimiento y se reconoce a la reina Isabel o al rey Carlos V como parte de sus gobernantes, muchos políticos y personas en general, españoles de todas las edades consideran estos eventos como parte de un proceso que celebran, glorifican y reconocen como parte de su historia, como tal si registran esa historia “positiva” también deben aceptar lo negativo de esas empresas, la esclavitud, la destrucción y el saqueo de América, que existieron y están documentados. El perdón por parte del rey ya no suena como una idea descabellada.
2.- La conquista como proceso histórico no culmina el 13 de agosto de 1521 como se ha pretendido ver, y aunque este hecho es algo que se debate entre los estudiosos de la Historia, en los libros de texto y en los medios de comunicación aun se presenta la caída de México Tenochtitlan como el fin de la conquista cuando en realidad es el inicio de un proceso que duro al menos hasta finales del siglo XVI. Si se inspecciona la historia de Yucatán, de el occidente o del norte podremos ver episodios de luchas que duraron décadas, la resistencia de los mayas fue tal que aun en el siglo XIX la guerra de castas mostraba que la conquista había sido solo un cuento mal contado, Nuño de Guzmán en el occidente cometidos grandes crímenes contra los purépechas y otros pueblos que resintieron la misión “civilizatoria” que llevaban estos “conquistadores. Aun hoy en día en Yucatán diferencia de en otras partes de México podemos encontrar estatuas, avenidas y hasta una cerveza con los nombres de sus conquistadores los famoso Montejo.
3.- La narrativa de que 5000 hombres conquistaron un imperio es ya insostenible. Ya el historiador Matthew Restall, con sus famosos “siete mitos de la conquista” ha demostrado que ese mito de los hombres excepcionales es un castillo de naipes que se ha caído al mínimo soplido, pues ni eran los mejores hombres europeos ya que pertenecían a las clases bajas no letradas y mucho menos pertenecían a la cultura del renacimiento como se ha pretendido sostener, además de que la superioridad tecnológica “de las armas de fuego” no es algo que en verdad determinara la balanza de la guerra, fueron las guerras entre indígenas y una compleja política interior en Mesoamérica la que determino al final lo que se ha “llamado conquista”, esa idealización de los españoles o la creencia de que los indígenas creían que eran dioses o que cortes era la rencarnación de Quetzalcóatl son narrativas en franca decadencia y absurdas sin más.
4.- La mayoría de las fuentes con las que se ha escrito sobre la conquista son españolas o con una interpretación cristiana-española, y es que se ha conocido, escrito e interpretado este proceso y muchas veces se sigue haciendo, con “las cartas de relación de Cortes”, o con ese famoso libro de “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” de Bernal Díaz de castillo y confiar en ellas como fuentes objetivas es de un peligro abismal y es que hay que admitir que los protagonistas de esas obras escribieron para justificar sus “hazañas” y para legitimar un proceso y por ende dieron rienda suelta a su imaginación de manera deliberada. Muchos escritos que circularon en los siglos posteriores tomaron como verdad sin mas lo que estos hombres escribieron.
5.- La conquista como proceso causo estragos y extermino al mundo indígena, no solo porque introdujo nuevas enfermedades que arrasaron con la población al grado de desaparecer pueblos enteros sino porque el proyecto inicial con el que empezó tenia como objetivo la explotación de la mano indígena y la extracción de las riquezas con la encomienda, si bien se atenuó esto en las décadas posteriores, es evidente que la población de indígenas se mermo a un grado inimaginable el exterminio de un mundo, de una cultura si bien no se concertó se hizo en algún grado, la destrucción de los códices mayas por el fraile Diego de Landa es un ejemplo de esto.
6.- No es posible una “visión de los vencidos” ya que la limitación de las fuentes nos lo impide, y es que a pesar de que el ilustre Etno-historiador Miguel León Portilla en los años sesenta escribió, respondiendo a su época y contexto, un libro titulado así como “la visión de los vencidos” y que se sigue divulgando como tal, lo cierto es que al basarse en el códice florentino es ya entrada un obstáculo pues este códice fue escrito por los indígenas descendientes de los mexicas que vivieron en la poca de “la conquista” y la visión que tenían los indígenas al ya haber convivido con los frailes y la cultura europea era cristiana/española por lo que su interpretación estará basada sobre esa visión. Lo que queda es reinterpretar y deconstruir desde una óptica diferente las fuentes que se tienen, ser cautelosos y subvertir esa narrativa hispanizada del proceso de conquista, como diría Walter Benjamín, “todo documento de cultura es un documento de barbarie” y así al mirar las grandes catedrales que se presumen majestuosas en nuestras plazas publicas miremos hacia abajo para preguntarnos sobre que están construidas.
La historia es un campo de batalla como diría el historiador Italiano Enzo Traverso y como tal es usada para muchos objetivos y si bien es cierto las interpretaciones responden al aquí y al ahora, al presente más inmediato, es justo que se interprete a este episodio en su justa dimensión sin ser maniqueos, o extremistas, considero que se debe de hacer un balance de y reconocer los aspectos negativos de este episodio, así como reconocer que es parte de nuestra historia. Los llamados a interpretar desde una nueva óptica eso que hemos llamado “conquista” debe pasar por el público no académico para poder dejar de contribuir a eso 500 años de confusiones, ahí esta el reto.
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