Se conmemora el día mundial para la prevención del suicidio
Por Efrain Serrano
Hoy en día, es bien sabido que el suicidio, es un tema del cual se debe tratar con carácter de urgente por el motivo de mostrar una cantidad elevada de casos, no solo en zonas específicas, sino en gran parte del mundo, como Europa, y en particular América del Norte, donde se dice que se presentan más casos de este tipo. Por ende, a partir del 10 de Septiembre del 2003, la OMS le dedicó un espacio a exhortar a distintos países para que sea tratado este fenómeno que, a partir de la segunda mitad del siglo XX, ha ido en aumento.
Cada año se suicidan casi un millón de personas, lo que supone una tasa de mortalidad global de 16 por 100 000, o una muerte cada 40 segundos, por lo que es necesario explicar que en los últimos 45 años, las tasas de suicidio han aumentado en un 60% a nivel mundial. Esto nos indica que el suicidio es una de las tres primeras causas de defunción entre las personas de 15 a 44 años en algunos países, y la segunda causa en el grupo de 10 a 24 años; y estas cifras no incluyen los tentativas de suicidio, que son hasta 20 veces más frecuentes que los casos de suicidio consumado (OMS, Prevención, 2012).
Comúnmente, este fenómeno ocurre en países que viven de la economía de mercado, es decir, dejan la decisión de la oferta y demanda por medio de la conveniencia de las industrias o empresas extranjeras o privadas, dejando de lado a lo que consta con las empresas estatales, y únicamente, el gobierno regula la libre competencia entre las empresas privadas para un mayor flujo de la economía. Lo que provoca que las empresas estatales se vean con menos oportunidades de prosperar que las que usan el marketing para atraer clientes, lo cual en muchos casos, genera un estado de ansiedad en las personas que manejan este tipo de negocios locales, para más información en este enlace https://enciclopediaeconomica.com/economia-de-mercado/#:~:text=De%20las%20principales%20caracter%C3%ADsticas%20de,libre%20competencia%20entre%20las%20empresas.
Por un lado, se puede decir que las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países, tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo, es decir, los suicidios ya no tienen una característica tan específica en cuestión de la edad. Los trastornos mentales como la depresión y los trastornos por consumo de alcohol, son un importante factor de riesgo de suicidio en Europa y América del Norte, en los países asiáticos, sin embargo, tiene especial importancia la conducta impulsiva. El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales, por ejemplo, en los países nórdicos como Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, entre otros, se caracteriza por ser de las mejores naciones con una economía sumamente envidiable, pero, el problema no reside en ello, sino en los factores psicológicos y ambientales, como el clima, que llega a ser muy frío más de la mitad del año; el tiempo, que suele ser extremo en sus dos variantes: días con luz que duran hasta 24 horas o jornadas en que amanece a las 9:00 horas y oscurece a las 14:00, y la ubicación territorial, prácticamente lejos del resto de los países (El Universal, Verdusco, 2019).
El quehacer de las naciones…
La OMS ha exhortado, en especial a los países de Norteamérica y Europa a concientizar sobre este fenómeno que ha ido en aumento, incluso con la actual pandemia, se han presentado casos que rebasan el número diario de lo que comúnmente se obtiene, como se ha ejemplificado antes, las causas son meramente económicas, sociales, climáticas y psicológicas, por lo que algunos países, o no han tenido el ingreso suficiente para erradicar este problema que se puede volver crónico en un futuro muy próximo, o es algo con lo que ciertos países, como los que son afectados geográficamente, deberán de lidiar con este problema y hacerlo de una forma que se vuelvan un tratamiento más común, pero no normalizar el problema. Esto requiere también de la intervención de sectores distintos a los del sector de la salud y que exija un enfoque innovador, integral y multisectorial, con la participación tanto del sector de la salud como de otros sectores, como por ejemplo los de la educación, el mundo laboral, la policía, la justicia, la religión, el derecho, la política y los medios de comunicación.
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