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Benito Juárez, el “indito” que fue Presidente

Por: Ricardo Méndez

La historiografía que se ha puesto de moda es la que ha tenido un empeño enorme en desmontar lo que llaman el mito de “Juárez”, estos esfuerzos han dado frutos interesantes y reflexiones que parecen inteligentes pero que desde mi punto de vista son estériles, y simplonas. La figura de Benito Juárez García es sin duda una de las más importantes del siglo XIX mexicano porque en su imagen se ha cristalizado una etapa que fue caótica y hostil, pero determinante para formar las bases del Estado. Empeñarse en demonizar su figura es una actitud pusilánime y que poco abona a la reflexión, pues sería seguir con la premisa reduccionista de ver a los personajes como los “motores de la historia” visión miope que anula de un plumazo a la sociedad, verdadero actor de cambio, en los procesos históricos. No obstante, Juárez el liberal, el hombre y el que fue presidente nos da muchas lecciones; una de las más importantes la de la tenacidad y resistencia a un gobierno ilegítimo y extranjero, además de la premisa de la laicidad como fundamento de un Estado. Recordemos que, a la llegada de Vicente Fox a la presidencia, se mandó quitar de la oficina presidencial la imagen del ilustre oaxaqueño y en su lugar se colocó la de Madero’ sutil símbolo de los tiempos de “cambio”. Hay muertos que pesan en los hombro y Juárez es uno de ellos, el hecho de que tanta tinta se riegue para desmitificarlo muestra con certeza aquello que decía Daniel Cosío Villegas de que nadie se ocupa de lo insignificante.

Pocos son los personajes que en los últimos años resultan tan controversiales como lo es el presidente Benito Pablo Juárez García. Las pasiones que suscita Juárez tienen sustento y razón de ser pues desde la época en la que vivía fue odiado y amado por igual y es que veces las críticas acérrimas venían desde adentro del partido liberal. Cuando muere de angina de pecho, poco después de su segunda reelección, lo hizo en medio de una revolución encabezada por Porfirio Díaz y de una serie de panfletos, caricaturas y criticas a su nuevo periodo de gobierno, pero todo esto se vio acallado   y pronto sus antiguos detractores lo reconocieron como un personaje fundamental para entender la caótica existencia del estado Mexicano; y es que Juárez  representa mas que la historia romántica que nos han contado, su gobierno simboliza la construcción de un aparato jurídico moderno, y de un principio de legalidad civil frente a los cacicazgos, caudillajes y al militarismo que habían asolado a la republica con el montón de pronunciamientos que habían llevado a militares un poder que se tornaba efímero, también es parteaguas en la separación del poder eclesiástico  y la construcción del Estado a partir de la constitución de 1857.

Quienes afirman que fue la historia oficial la que elevo a Juárez a sus laureles y su fama ignoran que desde que él vivía lo reconocieron en innumerables países y regiones por lo que proyecto al mundo: por su defensa de la soberanía ante un proyecto neocolonial que amenazaba no solo a América sino a los países asiáticos y africanos. La intervención francesa fue quizá, el reto mas grande que tuvo que enfrentar, y su templanza, entereza y astucia son aun hoy parte de las causas de la admiración a este “indito, como lo llamaban despectivamente los conservadores, que sí, salió de un caserío de 20 familias monolingües de las serranías Oaxaqueñas y se convertido en el símbolo de la legalidad. En 1856 el congreso de Colombia le rindió tributo solemne por su lucha contra la invasión francesa, el 11 de mayo de 1867 el congreso de la Republica Dominicana lo declaró “Benemérito de las Américas” además de que un partido político en Argentina tomo su nombre y como dicen algunos hasta Benito Mussolini fue nombrado en su honor. No obstante, es indispensable reconocer que Juárez fue a partir de 1876 parte del discurso nacionalista que se propagara por el gobierno Porfirio Díaz y que intento legitimar sus acciones a partir de reconocer la reforma liberal Juarista como la Génesis del Porfiriato: nada amas alejado de la realidad, pues Juárez deploraba el intento de los militares por acaparar el poder después del triunfo de la republica en 1867.

Fue Diaz quien más se empeñó en poner a Juárez en un pedestal, durante su largo gobierno el benemérito oaxaqueño se ganó un lugar en la historia oficial que se comenzó a escribir cuando Vicente Riva Palacio comenzó a escribir México a través de los Siglos” y Miguel Noreña se encargó de fundir los cañones conservadores y crear la primera estatua de Juárez en la capital. Durante su centenario en todas las plazas publicas se pusieron estatuas de Juárez, se fundaron escuelas con su nombre y se publico su biografía en los periódicos, y en 1910 como parte del centenario de la independencia se inauguró un monumento en su honor y al de la reforma. La revolución Mexicana  dio nacimiento a grupos indigenistas que vieron en Juárez un enemigo de la propiedad comunidad y lo culparon por sus males,  aunque también hubo revolucionarios que los reivindicaron, en los años 30´s la educación socialista se encargó de construir a un Juárez defensor de los humildes y desposeídos y como un anticlerical acérrimo, esto provoco que grupos del Partido Acción nacional y del sinarquismo trataran de desmitificar a Juárez poniéndolo como un mero producto oficial y develando sus traiciones a México, personajes como José Vasconcelos criticaron su gobierno y lo llegaron a llamar “una especia de ídolo aborigen”, la expropiación petrolera entibio un poco las críticas, pero siguieron estando presentes.

El estudio científico de la historia a partir de la fundación de institutos nacionales fueron el parteaguas para que la figura de Juárez se rexaminara a la luz de nuevas interpretaciones y bríos que la nación necesitaba. La pregunta de: ¿Quién es el mexicano? Moldeo la forma en que la historia fue enseñada en las escuelas e institutos públicos, y ahí es donde Juárez sigue siendo presentado de manera consistente porque hay que admitir que Juárez reunía, como decía Cosió Villegas, grandes virtudes en su figura, además de la pasión que tenia por México fue un gran estadista y un ejemplar gobernante pues enfrentó una guerra civil y una intervención francesa saliendo avante, cosa nada fácil. La llegada del Partido Acción Nacional al poder supuso un cambio de interpretación de la figura del Oaxaqueño lo cual causo una nueva ola de nuevas interpretaciones que buscan “desmitificar a Juárez”. El gobierno de la 4T, ha convertido a Juárez y a la reforma en una sombra a la cual se arrimaron y esto debe ser una oportunidad para evaluar los logros del periodo juarista en su justa dimensión sin caer en maniqueísmos y exageraciones  propios de la política cortesana.

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