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“Don’t look up” está sucediendo en Ucrania ahora, sólo que al revés

En la película “Don´t look up” o “no miren arriba” estrenada en diciembre de 2021 por Netflix se narra dramática y humorísticamente que un asteroide impactará a la Tierra acabando con la vida humana, 6 meses antes del impacto un par de científicos alertan oportunamente a las autoridades norteamericanas para que tomen cartas en el asunto y salven a la humanidad ya que ingenuamente creen que su conocimiento en manos de los poderosos será de valioso para salvar a la especie. Pero el gobierno, los grandes medios de comunicación y las empresas hacen todo para que la sociedad mundial crea que el asteroide es falso y que no hay nada que temer.

¿Qué ganan mintiendo y exponiendo a la humanidad a su extinción? Sencillo, ganan la posibilidad de apropiarse de cosas, llámense estas propiedades, poder político, legitimidad o un largo etcétera.

¿Y qué pasa si en el intento de apropiarse de las cosas se pierde a la humanidad y al planeta enteros? Quien sabe, pero es un riesgo que están dispuestos a tomar.

¿Rusia invadirá Ucrania?

Esto está sucediendo en Ucrania hoy mismo pero con la sutil diferencia de que medios, gobiernos y empresas quieren convencer al mundo entero de la existencia de algo que no existe (sic) como si en la película los poderosos quisieran convencer al mundo de que viene un asteroide a destruir la tierra y que científicos del mundo son tratados como locos cuando señalan que no hay indicios de que dicho asteroide sea real.

Da igual cómo sea, si inventar algo que no existe o en invisibilizar una realidad enorme, la actitud común de los poderes occidentales radica en dominar las creencias de las sociedades. Lo que se traduce en: no importa lo que realmente suceda en Ucrania, sino en lo que la OTAN quiere que el mundo crea que suceda en Ucrania.

La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) es una alianza militar con la que Europa occidental y EEUU defienden la hegemonía mundial del capitalismo de libre mercado. Desde ahí se coordina la difusión por todos los medios de la idea de que: Rusia le declarará la guerra Ucrania de manera inminente, lo cual es tan absolutamente falso que el propio presidente de Ucrania, Zelenski ha declarado ya varias veces al respecto: “En Occidente crean la impresión de que mañana habrá una guerra en nuestro país,
pero no es así y no necesitamos ese pánico”, y hasta la misma OTAN ha dicho: “No hay certeza sobre los planes de Rusia y quizás no han tomado decisión final”.

Economía de guerra

¿Qué gana EE. UU. y la OTAN promocionando la creencia de un clima de guerra ficticio? Fácil, mantener en movimiento su economía, cuya crisis es cada vez más profunda. Este procedimiento que es hacer negocio de la guerra, es elegantemente nombrado la economía de guerra.

Las guerras y los conflictos se capitalizan de manera inmediata en cuentas de bancos de personas específicas, a través de la activación de la industria armamentista y sus respectivas cotizaciones en bolsa. Legitima gobiernos ante el electorado porque pueden dar discursos de unidad nacional y de defensa contra el extranjero agresor. Legitima a los medios de comunicación de masas porque les da material para crear contenido en la que la “occidentalidad es la más alta de las civilizaciones y las demás son atrasadas”.

Después de perder las posiciones en Afganistán y en Siria en 2021 EEUU necesita instalar de manera urgente un foco de conflicto lo más cercano a Medio Oriente, cerca de Rusia y China, que ya le tocan los talones como potencia mundial.

¿Quién pierde con la paz?

Este mundo se aleja cada vez más de la dinámica de la guerra fría en que se usaban discursos bélicos por todas partes, cada vez más EEUU se queda enfrascado en el uso de ese lenguaje mientras sus adversarios lo rebasan con diplomacia y acuerdos comerciales. Es decir que, en este mundo sin conflictos abiertos, las expectativas de la economía de guerra se ablandan. En la Paz, la economía de guerra no puede consolidarse.

El modelo de hegemonía mundial occidental necesita más “Osamas Bin Laden”, más “terroristas”, más “enemigos de la libertad” en algún rincón del mundo. Occidente no puede permitirse que el extranjero deje de mostrarse como un potencial peligro a la seguridad nacional.

Lo expuesto hasta aquí no quiere decir que en Ucrania no existan problemas reales, pero ya las partes en conflicto han expresado serias intenciones de resolver por vía del diálogo y el respeto al derecho internacional. En este clima de aspiraciones de entendimiento sin violencia, EEUU ruega porque el estado de “guerra inminente” jamás termine, ruega porque los asteroides ficticios nunca dejen de caer.

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Fidel Sánchez

José Fidel Sánchez Juárez Economista poblano.