SAMUEL GARCÍA Y LA CRIMINALIZACIÓN DEL USO DEL AGUA.
30 de diciembre del 2021
K. DE ITA CARRANZA
Lo absurdo y lo trágico; durante el trascurso del penúltimo día del inclemente 2021, Samuel García, la desgracia más reciente que ha azotado el agotado lomo de la república, solicita a la ciudadanía de Nuevo León el sumar esfuerzos para cuidar y resguardar el tesoro cada vez más escaso del Estado norteño.
Aquel o aquella que crea con cuestiónale ingenuidad que las palabras sentenciadas por el accidente del norte son bienintencionadas, debería preocuparse por su nublada percepción de la realidad. Sin embargo, Samuel tiene razón, pues el cuidado del recurso más valiosos corresponde al esfuerzo enero de la humanidad, no obstante, no está en las manos del ciudadano común el cambiar el destino de nuestra existencia como sociedad. Quien realmente debería sentir aquel señalamiento inculpador es gran capital que ha consumido cada gota del marchito y seco suelo del Estado boreal.
Nuevo León es una de las entidades federativas con más alto estrés hídrico en la república. Aunado a lo aterido, en promedio recibe apenas el 9% del agua renovable al año. Para contextualizar, un Estado como Tabasco, recibe de media un 67.2% del agua renovable al año.
Habría que replantearse, ¿Quiénes son los principales consumidores de los recursos hídricos de la región? Un ciudadano promedio consume un estimado de 120 litros al día, lo cual está por debajo de la media nacional, y por demás, la cifra es engañosa, pues mientras un sector de la sociedad no tiene un acceso seguro al agua potable, otro acapara en recurso para uso personal y egoísta, atendiendo el aseo diarios de automóviles, el riego de jardines y clubes, y no en pocos caso el uso de piscinas privadas (mismo tópico que en todo el país). Por lo que pedir un resguardo del agua de manera generaliza, sin puntualizar cual es el sector de la sociedad (al que pertenece el gobernador desde el día de su concepción), que más consume y desperdicia el recurso, es un acto de criminalización generalizada.
Por otra parte no hay que olvidar que Nuevo León es uno de los Estado con mayor producción manufacturera y mayor número de parques industriales operativos. Bajo ese tenor, el Estado alberga a varios de los mayores depredadores acuíferos de la industria nacional, siendo entre los más importantes: CEMEX (dedicada a la industria de la construcción) GRUPO FEMSA (compañía líder de bebidas más grande en América Latina, con exportaciones Latinoamérica, Estados Unidos, Europa y Asia), y las siderúrgicas IMSA, Grupo TERNIUM, Grupo XIGNUX, GRUPO VILLACERO, GRUPO VILLACERO, entre muchas otras.
Con la intención de desarrollar un panorama, las cifras de producción y consumo son las siguientes:
Por parte de CEMEX, según algunas estimaciones, la demanda de agua en el proceso de producir una tonelada de cemento es de 3 mil 500 litros de agua.
Por parte de GRUPO FEMSA, para producir un litro de cerveza se necesitan 5 litros de agua como promedio internacional. Este indicador no incluye la huella hídrica para obtener el producto final, es decir, el agua necesaria para el cultivo de la cebada y del lúpulo. Así mismo Coca-Cola Holanda reveló en un informe que se necesitan 35.4 litros de agua para producir medio litro de refresco; 28 litros se utilizan para cultivar betabel para endulzar, siete litros para fabricar la botella de plástico y 0,4 litros de “agua operativa”, que es la que se utiliza en las plantas de embotellado.
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