Crónica sobre el IX Encuentro del Grupo Puebla: “No estamos en una época de cambios, estamos en un cambio de época”

Kenny De Ita Carranza

Históricamente México ante el mundo ha sido catalogado como un país trinchera, de donde retoman aire los espíritus contestatarios y arremeten ferozmente la continuación de sus luchas, con coraje, con algo mexicano en la sangre. En el argot marcial se denomina trinchera a la zanja defensiva que permite atacar a cubierto del enemigo. Nuestra nación, en este sentido, ha sido el lugar seguro de generaciones de políticos, combatientes e intelectuales, que ven en la fraternidad de nuestras tierras un segundo hogar, del cual han de partir hacia la insurgencia. De Tuxpan zaparon los barbudos que habrían de instaurar la revolución cubana,
en Chiapas los sandinistas se reorganizaron en más de una ocasión y, en dentro de nuestras fronteras los republicanos españoles vivieron la republica que el fascismo les negó en su tierra. Todo ello sin olvidar a los centenares de intelectuales argentinos, chilenos, colombianos y dominicanos que, escapando del terror dictatorial, guardaron sus vidas con la intención de encontrarse algún día con la patria. Sin embargo, quienes decidieron ser mexicanos, inundaron de innovación y pluralidad nuestro acervo cultural.

Lo cierto es que en los últimos años, consecuencia de la política neoliberal, nuestros dirigentes dejaron de ver al sur como una oportunidad y concentraron su subordinada atención hacia el norte. Aunado a lo anterior, la derecha secuestró la soberanía de las patrias sudamericanas. Al paso del tiempo y a base de lucha, el humanismo y el progresismo se instauraron en la América Grande. Pareciera entonces que la democracia cedió al metrónomo ideológico y que los pulsos se convirtieron en latidos. A partir de 2018, México volvía a ser parte de la hermandad latinoamericana y con el paso del tiempo, los históricos bastiones de la derecha política, como lo son Colombia y Perú, cedieron al clamor del humanismo.

En el verano del 2019, en una de las ciudades históricamente más conservadoras de la república, surgió el GRUPO DE PUEBLA, como un foro político de integración regional, conformado por representantes de la izquierda política latinoamericana. De acuerdo con la Declaración de Puebla, el objetivo principal es articular ideas, modelos productivos, programas de desarrollo y políticas de Estado de carácter progresista.

Después 8 exitosos encuentros, la cuna del GRUPO DE PUEBLA, recibían a más de 200 líderes de 21 países. Bajo la consigna del expresidente Rafael Correa

No estamos en una época de cambios, estamos en un cambio de época”

los y las líderes progresistas arrancaron el IX Encuentro del Grupo Puebla 2023, en las instalaciones del Museo Internacional Barroco. Los temas centrales versaron sobre la conformación de una moneda común, la desglobalización y desdolarización, así como un nuevo multilateralismo y el nuevo equilibrio de poder entre China y Occidente, la transición energética y la descarbonización de las industrias, así como la inserción del continente en el Sur global.

El mensaje de integración política e ideológica fue una constante inalcanzable. Las condenas al conflicto armando entre Rusia y Ucrania fueron tomadas en cuenta como uno de los posibles puntos de infección en el nuevo reparto de poderes a nivel mundial. Así mismo, este lamentable conflicto fue calificado como guerra suicida que sólo beneficia a los traficantes de armas y a los intereses de agentes políticos ajenos a la inmediatez ucraniana.

En más de una ocasión se condenó enérgicamente el bloqueo económico ilegal e inmoral a Cuba y Venezuela por parte de Estados Unidos. Al respecto, los vítores masivos de ánimo y solidaridad a Cuba incomodaron a más de un asistente de la añeja guardia que vive de
administración en administración. Las intervenciones de los participantes elevaron el ánimo de los espectadores y dotaron de esperanza la lucha por una integración regional digna y solidaria. Para tales efectos, las palabras de los ponentes trascienden como un acto valiente que ha de perdurar en nuestro
porvenir siempre y cuando la conciencia y el espíritu combativo siga vivo.