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La Masonería: ¿asociación de honorables e idealistas o de sagaces incoherentes?

 

Por: Amón II

 

La lucha entre los hombres, congregados en grupos sociales, económicos, políticos, etc., siempre fue, desde que el mundo es mundo, tarea primordial para alcanzar autoridad, con la única finalidad de lograr el mando de forma absoluta en cualquier esfera. Así, a lo largo de los años, desde la antigüedad, en las sociedades la única forma de ejercer el dominio total ha sido ejercer el poder político, para lo que los hombres se han agrupado siguiendo distintas corrientes de opinión, catalogadas de izquierda, centro o derecha. Ahora, curiosamente esos mismos hombres, que han optado por seguir diferentes tendencias de pensamiento, tácitamente antagónicas, deciden a la vez unirse en una sociedad secreta conocida como la Masonería.

Masonería o francmasonería, del francés francmaçonnerie, es una organización de carácter secreto que reúne a individuos agrupados en entidades conocidas como logias bajo un precepto de fraternidad. La institución se autodefine como filantrópica, filosófica, simbólica y no religiosa, de propiedad iniciática y con la finalidad de impulsar el progreso moral e intelectual de las personas.

Estructura de la masonería

Las logias de la masonería son sus organizaciones de base y suelen estar agrupadas bajo una entidad superior, conocida como Gran Logia. Cada logia dispone de signos y emblemas que la identifican. Está muy extendida la versión de que la masonería surgió en el continente europeo a finales del siglo XVII, con el objetivo de formar a sus miembros para el desarrollo de la capacidad reflexiva y de diálogo, impulsando a sus miembros a que transmitan los valores adquiridos entre aquellos que los rodean.

La Masonería se rige por tres únicos principios: Libertad, Igualdad y Fraternidad, y para pertenecer a una logia el profano solo debe actuar como un individuo “libre y de buenas costumbres”.

De acuerdo con este precepto, queda demostrado que la hermandad traiciona sus propios principios, al ser real el incomprensible hecho de que Augusto Pinochet, que fue masón, haya sido el responsable del asesinato y desaparición de miles de personas, y llevado por su ambición personal haya dirigido el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende, otro masón, que según fuentes cercanas a él, confiaba en la lealtad de Pinochet, más que por razones ideológicas (aunque hasta poco tiempo antes del Golpe Militar de 1973 se le creía un militar nacionalista) por la hermandad masónica. Y me pregunto: ¿Dónde quedó aquello de que la masonería actual es considerada una escuela iniciática (espiritual) y moral, que persigue el desarrollo del individuo para el bienestar de la humanidad, que solo es posible conseguir mediante el estudio científico y moral de las cosas, con la finalidad de conocerse a sí mismo? ¿Dónde quedó aquello, expresado en su reglamento, de que sus integrantes deben, en cualquier circunstancia, ayudar a sus iguales, y miembros de la hermandad?

Corrientes masónicas

En dos grandes movimientos se divide la francmasonería. Uno es la Masonería regular anglosajona, encabezada por la Gran Logia Unida de Inglaterra y a ella se adscriben logias de las Islas Británicas, Estados Unidos, los países de la Commonwealth, Iberoamérica y parte de la Europa continental, incluida España. Ésta corriente no admite la inclusión de mujeres en sus logias, y prohíbe las discusiones que giran acerca de la religión o la política.

La segunda corriente, denominada Masonería regular continental, o masonería adogmática, tiene su principal exponente mundial en el Gran Oriente de Francia y se sustenta en el hecho de que reconoce y acepta el papel y la presencia de las mujeres en sus logias, y permite libertad absoluta de conciencia de cada uno de sus miembros, dándole fuerza legal a la participación social y el debate de todo tipo de cuestiones, incluidas la política y la religión. Ésta es la principal corriente, por lo que a número de miembros se refiere, en Francia, África francófona y algunos países de la Europa continental, y a ella se adscriben muchas logias en todo el mundo, en especial en Iberoamérica y la Europa continental.

Estas dos corrientes principales de la masonería han acordado que, para reconocer la regularidad de una obediencia masónica es esencial que ésta posea una legitimidad de origen; esto es, que su constitución haya sido auspiciada por alguna otra organización masónica regular. En este sentido, suele considerarse que la regularidad inicial emana de la antigua Gran Logia de Londres y Westminster. Además, es fundamental el respeto a los valores y principios capitales establecidos en los documentos fundacionales como las llamadas Constituciones de Anderson, publicadas en 1723.

En su vida como masón, el individuo pasa por tres categorías, o grados:

  1. Aprendiz – es el primer grado, el de los iniciados, con el que una persona se vuelve masón.
  2. Compañero – es un grado intermedio, donde el masón se dedica a aprender.
  3. Maestro – es el tercer grado, en el cual se requiere que el masón participe en la mayor parte de los aspectos de la logia y de la masonería.

No hay ningún grado en la francmasonería que sea superior al grado de maestro. Si bien algunas órdenes masónicas tienen otros grados con números, estos otros grados se consideran de perfeccionamiento al grado de maestro y no promociones del mismo. Un ejemplo de ello es el Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA), que confiere grados desde el número 4 hasta el número 33. En el Rito Nacional Mexicano, en cambio, el total de grados es nueve, equivalentes a los treinta y tres del REAA.

El heterogéneo paraguas filosófico de la masonería

Los elementos descritos anteriormente nos permiten definir ¿qué es la masonería y sus logias? y ¿qué es un masón?, pero en busca de una explicación lógica acerca de la actividad masónica, que bajo un gran paraguas agrupa individuos como el general Pinochet, quien supuestamente tuvo formación masónica, o el general Alberto Bachelet, otro conocido masón, quien en carta redactada en la Cárcel Pública de Santiago de Chile nos dice:

“… Entre el día 14 de septiembre y el de hoy (5 de diciembre), sólo un hermano masón, llegó hasta mi hogar y más en su condición de amigo que en función de su cargo. En los momentos difíciles es cuando se conocen los hombres y, en esos momentos, mi esposa necesitaba del apoyo moral de mis hermanos masones, ya que de mis compañeros de armas no lo podía esperar. Sin embargo, mis hermanos masones no llegaron, ni siquiera por teléfono, olvidando la solidaridad y, especialmente, la fraternidad. Y los hermanos masones conocían la situación y los hechos que estaban acaeciendo. Incluso mi esposa fue un día hasta la Logia La Cantera, habló con algunos masones y les enrostró su proceder y el olvido en que habían incurrido en principios tan primarios y que nos son tan queridos: apoyar al necesitado”.

Abundando sobre el tema, el periodista uruguayo Kinto Lucas, residente en Ecuador, en un artículo recordaba: “Cuando Vargas Pazzos, Gran Maestro, fue reemplazado por el diputado socialcristiano Luis Almeida, casualmente, Almeida una tarde llegó a la Librería Libri Mundi, flanqueado de cuatro guardaespaldas (¿asesores?) y apurado por comprar cierto libro sobre la Masonería para informarse un poco más al respecto. Dos guardaespaldas quedaron afuera y dos lo acompañaron dentro de la librería, Uno de ellos tenía un celular por el que hablaba gritando, y una reportera de Tintají que compraba libros le escuchó decir: «es que Luchito necesita informarse sobre eso de los masones». Un Gran Maestro un tanto desinformado. Cuando le contamos esa anécdota a otro masón se mostró indignado y la tomó como «una muestra más de la falta de seriedad de las logias guayaquileñas». «Si siguen en ese camino crearán la imagen de que el título de Maestro se puede comprar como una botella de whisky, un título universitario, un puesto en la lista de candidatos para las elecciones. Están creando una mala imagen de la masonería», una entidad que albergó a Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, afirmó.

Orígenes machistas y racistas de la masonería

A principios del siglo pasado, la masonería comenzó a aceptar la integración de la mujer, proceso este que culmina con la creación de la Gran Logia Femenina de Francia, que irá extendiendo la masonería integrada por mujeres en el resto de la Europa continental y de América Latina. Todavía algunas organizaciones masónicas masculinas siguen considerando «irregular» la presencia de mujeres en la masonería, si bien hoy existe un alto nivel de integración en la mayoría de los países, a partir de la existencia de organizaciones masónicas mixtas o femeninas, como es en el rito nacional mexicano. Estas organizaciones son, por lo demás, plenamente aceptadas por las obediencias masculinas de la corriente masónica liberal.

Otra masonería, que por largos años fue relegada, e ignorada, es la masonería Prince Hall, conocida como la masonería de los negros de los Estados Unidos, puesto que en el siglo XIX todas las logias estaban constituidas por hombres blancos que por regla aplicaban los siguientes Procedimientos Normativos para 1851: “No es adecuado iniciar en nuestras Logias, personas de la raza Negra; y su exclusión está de acuerdo con la ley Masónica y las Antiguas Obligaciones y Reglamentos, por causa de su condición social deprimente; la falta general de inteligencia, que les impide, como un cuerpo, trabajar o adornar la masonería; la impropiedad de hacerlos nuestros iguales en algún lugar, cuando por su condición social, y las circunstancias por las cuales cada uno casi se mezcla a ellos, no sucediendo lo mismo con otros, por no haber de una manera general NACIDO LIBRES…”

Y para cerrar con broche de oro otra anécdota, el general confederado de la guerra civil americana Albert Pike, considerado el Platón moderno de la masonería universal, autor del afamado Morals and Dogma, una de las biblias del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, junto a once de sus colaboradores exigió, en 1858, la expulsión de los negros libres y mulatos de Arkansas, citando “la pereza y la bestialidad de una raza degradada”, su “inmoralidad, inmundicia e indolencia” y calificando al negro como “tan despreciable y depravado como un animal”. Pike sirvió como Jefe de Justicia del Ku Klux Klan cuando era Soberano Grande Comendador, y habiendo sido, también, Gran Dragón de Arkansas en más de una oportunidad afirmó: “Yo asumí mis obligaciones con hombres blancos, no con Negros. Cuando yo tenga que escoger entre Negros como Hermanos o abandonar la Masonería, yo abandonaré la Masonería”.

Contradicciones filosóficas masónicas

Quien haya llegado hasta aquí, en la lectura de este artículo, debe preguntarse al igual que yo, si la francmasonería o masonería es una institución de carácter iniciático, filantrópico, simbólico, filosófico, discreto, armónico, selectivo, jerárquico, internacional, humanista y con una estructura federal, fundada en un sentimiento de fraternidad, que afirma tener como objetivo la búsqueda de la verdad, el estudio filosófico de la conducta humana, de las ciencias y de las artes y el fomento del desarrollo social y moral del ser humano, orientándolo hacia su evolución personal, además del progreso social, y ejemplifica sus enseñanzas con símbolos y alegorías tradicionales tomadas de la albañilería y la cantería, más específicamente, del «Arte Real de la Construcción», es decir de los constructores de las catedrales medievales, ¿cómo es posible que en sus filas, bajo sus mismos símbolos, puedan militar individuos tan repudiables como Augusto Pinochet y tan nobles como Salvador Allende, ambos militantes de éticas tan antagónicas, como lo son la vida y la muerte?

La historia oficial de la masonería presenta numerosas disidencias, cuyas principales causas, con importantes matices y derivaciones, están relacionadas con la admisión de la mujer en las logias de hombres, la cuestión de las creencias religiosas o metafísicas, la aceptación de negros en sus logias, entre otros temas que han dado lugar al desarrollo de distintas ramas o corrientes masónicas, como lo son el Rito escocés antiguo y aceptado, el Rito de York, el Rito de Memphis y Mizraím y el Rito Nacional Mexicano, entre otros, que a menudo no se reconocen entre ellas.

De Acuerdo con el Diccionario de los símbolos, el compás es considerado como el emblema de las ciencias exactas. La noción de regla, de rectitud. Los grados de la abertura del compás simbolizan, en la tradición masónica, las posibilidades y los grados del conocimiento. La masonería, al limitar la abertura del compás a 90° máximo, indica con ello los límites que el individuo no sabría traspasar. El ángulo de 90° reproduce la escuadra. Ya que la escuadra es el símbolo de la materia; mientras que el compás es el símbolo del espíritu y de su poder sobre la materia.

El absolutismo de las bolas negras

Ahora bien, en sus inicios la masonería fue una sociedad secreta, machista y racista, cuestión que como muestra su desarrollo ha sido superada en varios de los distintos ritos, lo que no quiere decir que la masonería en sí se haya modernizado. Por el contrario, sigue siendo una organización en la cual, muchas veces las lógicas de sus logias contradicen los principios que la rigen, como ha quedado explicado más arriba. Pero como, desde los inicios de la masonería a la actualidad, el mundo ha cambiado tanto, otra muestra del retraso cultural de esa sociedad es el sistema de “ballot”, sistema de votación secreta más antiguo del planeta, utilizado cuando un profano es propuesto para ser admitido. El rito de iniciación se realiza en varias “tenidas”, o sesiones de la logia, En la primera un integrante propone al aspirante y se invita a todos los miembros de esa logia a investigar al señalado. En la segunda sesión se notifica toda la información obtenida por los miembros de la logia acerca de la persona, casi siempre son designados solo algunos integrantes de la logia para realizar la investigación. En la tercera reunión, mediante el sistema de depositar una bola negra o blanca en la “ballot box” (caja de las bolas) se elige, o vota a favor o en contra del ingreso del aspirante a masón. Si el candidato suma tres bolas negras es rechazado y se queman los informes. Si las bolas negras suman dos se realiza una nueva votación, y si persisten los dos votos en contra es rechazado. Pero, si en esa otra sesión, donde se vuelve a votar, persiste una sola bola negra el líder de la logia conversa en privado con quien votó en contra y si las razones expuestas son lo bastante graves el postulante es rechazado. Este sistema, que perdura hasta hoy y exige unanimidad de los miembros con derecho al voto, al decidir aceptar o no, al solicitante, se puede considerar bastante indecoroso, ya que al aspirante jamás se le comunica las razones por las cuales fue rechazado, y mucho menos cuáles miembros de la logia fueron los depositantes de las bolas negras, o sea que el individuo queda en un total estado de indefensión, sin poder defenderse, o explicar siquiera lo que pudo haber sido un error, equivocación o mala intención contra su persona. Resulta, entonces, harto anticuado este procedimiento de iniciación, el cual debería ser modernizado por métodos más democráticos, y acordes a los tiempos que vivimos, que permitan a la masonería superar la metodología utilizada desde hace más de tres siglos.

La francmasonería moderna

La masonería actual ya no es una sociedad secreta, sino discreta, y tan es así que diversas logias en el mundo se han abierto a las sociedades en las que se desarrollan, develando los ritos que por siglos fueron secretos. La masonería es una institución organizada horizontalmente, sus logias son autónomas y solo acatan ciertos aspectos rituales y administrativos de sus referentes nacionales. No existe una institución que represente u organice a la masonería a nivel mundial. Las diferencias esenciales e incluso irreconciliables entre un rito y otro, entre los distintos países, inclusive entre una logia y otra del mismo país, son una realidad que permite afirmar con absoluta convicción que no existe la masonería como organización global y estructurada mundialmente.

Hoy vivimos en un mundo cada vez más polarizado políticamente, los resultados de los últimos actos electorales en países como Argentina, Brasil, Uruguay o Estados Unidos, donde la sociedad ha quedado dividida entre progresistas y reaccionarios, así lo demuestran. Sin embargo, sin declaraciones políticas la masonería continúa, absurdamente, agrupando todas las creencias religiosas, todas las posiciones políticas, creyendo de forma ilusoria en el respeto y la tolerancia como principio elemental para mantener buenas relaciones con la Iglesia y los grupos políticos. Es así que, esa entidad secreta deja escapar la oportunidad de demostrarle a la sociedad que la proclamación de sus tres principios fundamentales, Libertad, Igualdad y Fraternidad, no son un mero enunciado.

La masonería uruguaya en la actualidad

Actualmente en Uruguay existen varias organizaciones masónicas, algunas desde el siglo XVIII, como es el caso de El Supremo Santuario Nacional – Masonería Mixta, fundada el 1 de mayo de 1776. En el XIX fueron creadas otras como: La Gran Logia de la Masonería del Uruguay, fundada en Montevideo en junio de 1855, y El Distrito Sur de la Gran Logia Unida de Inglaterra, creada en febrero de 1862 con una Logia llamada “Silver River” o “Río de la Plata” y Gran Cenáculo Masónico del Uruguay (Rito de Memphis Mizraim 1881 y Rito Escocés Antiguo y Aceptado). Ya en el siglo XX vieron la luz las logias El Gran Oriente de Uruguay, de agosto de 1990, El Gran Oriente Latinoamericano, de junio de 1992 y El Gran Oriente de la Francmasonería del Uruguay, fundada en diciembre de 1998. El Derecho Humano, logia igualmente llamada “Eleusis”, al igual que el Gran Oriente de la Francmasonería del Uruguay es de carácter mixto, integrando a la mujer en pie de igualdad al hombre en sus reuniones y organización, y la Gran Logia Femenina del Uruguay, organización masónica de carácter exclusivamente femenina fundada el 3 de mayo de 2007, con Patente expedida por la Gran Logia Femenina de Chile y el Brasil.

Diversos textos, publicados en los últimos años, aseguran que en el período entre 2005 y 2011, la masonería aumentó en casi un ciento por ciento. En el tiempo señalado se crearon 21 nuevas logias, con lo que se llegó a la cifra de 92 en todo el país, mientras la cantidad de masones también creció casi al doble, pasando en la actualidad de poco más de tres mil a seis mil integrantes aproximadamente.

Logias militares en Uruguay

De acuerdo con despachos cablegráficos de diversas agencias noticiosas, replicados por la prensa uruguaya, Oficiales del ejército del Uruguay habrían festejado en abril de 1996 la finalmente frustrada intentona golpista del ex jefe del ejército paraguayo, general Lino Oviedo.

El estéril festejo habría sido organizado por la logia “Tenientes de Artigas”, uno de los varios grupos que estarían operando clandestinamente dentro de las instituciones militares uruguayas. Era la noche del 22 de abril de 1996, cuando en plena revuelta de Lino Oviedo contra el presidente del Paraguay, Juan Carlos Wasmosy, los oficiales de dicha logia habrían brindado a la salud del, posteriormente, depuesto jefe del ejército paraguayo. A la postre, Lino Oviedo sería detenido y procesado en Brasil el 12 de junio del 2000, acusado de intentar un nuevo golpe de Estado en su país, pero mediante un proceso judicial, obtuvo asilo político oficialmente. Los miembros de la logia los “Tenientes de Artigas” seguían atentamente los acontecimientos desde el Club de Oficiales de Montevideo.

En Uruguay se reporta la existencia de varias logias militares activas, con estructuras propias, operando dentro de las Fuerzas Armadas y al margen de sus normas institucionales. La logia los Tenientes de Artigas fue fundada el 25 de agosto de 1964, día en que en Uruguay se conmemora la Declaratoria de Independencia, por Mario Aguerrondo y Julio Tanco, militares ambos de orientación fascista, y rebautizada después de la dictadura cívico-militar, (1973-1985), como Legión de los Tenientes de Artigas. Período este en que el general Gregorio Álvarez fue presidente de facto, (1981-1985), posteriormente juzgado y condenado en 2007, por graves violaciones de los derechos humanos, y fallecido en 2016.

En el país es ampliamente difundido el origen, las características, objetivos y actividades de esta agrupación de oficiales, que ha subsistido a varios intentos por disolverla. Entre sus diversas acciones, “Tenientes de Artigas” protagonizaron distintos atentados, entre los que destaca una bomba que explotó en las puertas del estudio jurídico del presidente Julio María Sanguinetti, a principio de los años noventa y a poco de culminar su primer mandato presidencial.

La existencia de esta logia dentro del ejército uruguayo fue confirmada en declaraciones del ex guerrillero tupamaro, y ex ministro de Defensa, el ya fallecido Eleuterio Fernández Huidobro, quien reveló que él, junto a otros ex dirigentes tupamaros, mantuvo reuniones con oficiales de la “Tenientes de Artigas”. Huidobro no sólo puso en evidencia la composición de las logias con “militares retirados y mandos medios activos de orientación ultraderechista vinculados con el pasado régimen de facto uruguayo”, sino que, además, dejó al descubierto las internas militares del Uruguay.

Asimismo, la “Tenientes de Artigas”, considerada la de mayor antigüedad, fuerza y cohesión, coexiste otro grupo conocido como “Logia del Chucrut”, fundada por el ex presidente de facto Gregorio Álvarez, y originaria de Artillería después se extendió al resto de las Armas. También funciona, autónomamente, la “Logia de la Rodosca”, denominada así en homenaje al escritor uruguayo José Enrique Rodó, actualmente no tiene mucha fuerza, y sus principales generales integrantes son originarios de la Promoción José Rodó, de allí su denominación. Tuvieron su auge en el segundo mandato de Sanguinetti, cuando al inicio de su gobierno comenzaron a desacreditar a sus rivales los “Tenientes de Artigas”, y publicaron una lista de sus integrantes, confeccionada por el entonces Edecán Presidencial, el coronel Tomás Medina, tras lo que sobrevino un período de persecución de sus contrincantes.

Interna de las Fuerzas Armadas uruguayas

En el seno de las FF.AA. uruguayas se desarrolla, desde el siglo pasado, una lucha por el poder de la cúpula del Ejército, la cual se resolverá, principalmente, en la puja entre los “grupos” que en la actualidad emergen como mayoritarios en las máximas jerarquías de la Fuerza de Tierra: “Los Tenientes de Artigas” y la “Dinastía Militar”.

Esta última denominación antojadiza, obedece a encasillar las particularidades y procederes de la reproducción de un comportamiento humano con rasgos propios. Se fundamenta en la creencia de sus principales dirigentes de que” son los depositarios de un don místico y casi divino”, heredado de sus progenitores. Ser hijos de, o familiares en algún grado, de generales o coroneles de las ”épocas gloriosas” (léase Dictadura), son peculiaridades de esta agrupación, muy cercana a los “Chucrut” (de la Artillería) y los pocos que sobrevivieron de la “Botanostra” (de la Caballería).

En los últimos treinta años es profusa la cantidad de sucesos que fueron gestando y conformando éstas” organizaciones” internas que,  esencialmente, encaminan todos sus esfuerzos a lograr el poder dentro del Ejército y así alcanzar los privilegios que implica adueñarse de los máximos cargos dentro de esa rama de las Fuerzas Armadas .Esas prerrogativas y su distribución siempre han sido fuente de disputa y para disfrutarlas nunca se han escatimado métodos, o procedimientos éticos o morales inadmisibles al ser calificados como purga, o complots internos para remover a alguien de su cargo.

Es así que, en agosto de 1993, el presidente Luis Alberto Lacalle, el senador Jorge Batlle, los generales Daniel García y Oscar Pereira y el coronel (r) Regino Burgueño, se complotaron para destituir al Teniente General Juan Rebollo de Comandante en Jefe del Ejército, acusado de proteger al general Amado en el famoso caso de los “micrófonos”, luego que Rebollo hiciera caer al ministro de Defensa, Dr. Mariano Brito.

De igual forma, en setiembre de 1996, debido a una situación “comprometida” de su esposa, fue pasado a retiro el general Aureliano Abilleira con el fin de que ocupara su lugar el coronel Santiago Pomoli, y para concretar ese objetivo Intervinieron: Tte. Gral. Raúl Mermot, Gral. Carlos Daners y Cnel. Santiago Pomoli.

Otra fue en enero de 1997, cuando los generales Fernán Amado, Juan Geymonat, Carlos Daners, Raúl Villar y el Cnel. Santiago Pomoli quienes puestos de acuerdo sacaron al Gral. Julio Ruggiero de Jefe de la División I del Ejército, puesto que declaraciones y acciones suyas habían molestado a la “Dinastía” y su puesto en esa División era necesario para el Gral. Amado en su camino hacia el Comando del Ejército. Otra más, en diciembre de 2000, ante la premura de la “Dinastía Militar” por volver al poder, con acusaciones de los generales Carlos Daners y Santiago Pomoli, acusado de inoperancia fue removido de su cargo de Comandante en Jefe del Ejército el Teniente General Juan Geymonat.

En el capítulo tercero de la Constitución de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay, titulado “Deberes”, entre otras se pueden se pueden leer las siguientes obligaciones:

–        Prestar asistencia a sus hermanos.

–        No atacar los actos de la vida privada ni ofender a sus hermanos públicamente cualquiera sea la causa del agravio, debiendo en todos los casos recurrir a las vías masónicas.

–        No llevar a tribunales profanos cuestiones propias contra sus hermanos, sin intentar previamente los medios conciliatorios dentro de las leyes y reglamentos masónico.

¿Dónde quedó entonces la honorabilidad de estos masones militares que en aras de alcanzar el poder arremeten impúdicamente contra sus “hermanos” de fraternidad? ¿No implica un gran desatino predicar expresos principios cuando en la práctica la conducta es contrapuesta a los mismos?

Ante tal desprestigio moral de estos oficiales integrantes de la cofradía vale destacar el ejemplo del capitán de navío, de la Armada uruguaya, Werner Óscar Lebel Schott, quien el 27 de junio de 1973, día del golpe de Estado, salió al balcón de la planta alta de su casa, ubicada sobre la calle 26 de Marzo, en Montevideo, y aseguró un cartel en el centro. Luego colgó a derecha e izquierda una bandera nacional y otra de Artigas. En el cartel se leía “Yo soy el capitán de navío Óscar Lebel. Abajo la dictadura”. Se uniformó, tomó su pistola de reglamento, una Colt 45, le introdujo un cargador completo y se plantó en el medio del balcón, con el arma en la mano derecha y esperó.

Luego de sufrir prisión, y al regreso de la democracia, el marino fue entrevistado por un periodista que le preguntó: ¿usted actuó solitariamente? ¿No había coordinado esto con nadie dentro de la Armada? Y su respuesta no se hizo esperar: Tiene razón, actué solitariamente. A usted y a los oyentes esto puede llamarles la atención, ya que la existencia de logias militares es un hecho en el país. Yo no integré nunca ninguna logia militar.

En los últimos años han sido publicadas novelas como “El Código Da Vinci”, que tiene como punto de partida el asesinato de un conservador del Museo del Louvre, la otra titulada “Ángeles y Demonios”, en la que el profesor de simbología Robert Langdon, el mismo investigador de la primera novela, se enfrentará a otra logia importante de la historia: los Illuminati. Gracias a ese tipo de literatura el mundo ha conocido muchos de los secretos de las logias masónicas, núcleos básicos de una sociedad ya no es tan desconocida y que, para lograr mayor credibilidad e influencia, a nuestro juicio, debiera depurar sus filas y actualizar su metodología perfectible y discordante con el sistema normativo que la rige.

 

 

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