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Nancy Pelosi en Taiwán y cómo iniciar la 3ª guerra mundial

Lo bueno de la actitud terca e impertinente de la jefa de la cámara norteamericana con la que visitó a Taiwán el pasado 2 de agosto es que nos recordó a todo el mundo cómo es el proceso exacto con el que inician las guerras mundiales: con actos imprudentes en un escenario dónde ya todos los países tienen apuntando sus arsenales bélicos entre sí.

Es que la historia no ocurre como Hollywood nos ha inculcado a través de sus pantallas con millonarias producciones, estas no ocurren porque un “Hitler” tuvo un trauma de la infancia y en adelante sueña con desatar la ira en el mundo, tal como lo haría “Red Skull” del Capitán América, o como la serie de Netflix llamada “Cómo se convirtieron en tiranos” señala. Las guerras mundiales nunca han sido obra de un puñado de locos enfermos de poder y maldad.

¿Ah no? ¿Qué no era un loco de poder y maldad Hitler? Sí, la respuesta es sí, pero estos no son la fuente creadora de un conflicto bélico de tan alta magnitud. En todo caso esa es una respuesta incompleta.

Pongamos a la 1ª Guerra mundial como ejemplo desde la perspectiva, ¿Quién pensaría que la magnitud destructiva que dejó esta guerra sería consecuencia directa del hecho de que un extremista nacionalista serbio asesinara al archiduque de un imperio de Europa del Este en la periferia del continente?

¿Cuándo se supo del asesinato del Archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, algún dirigente de los países protagonistas del conflicto futuro era capaz de pronosticar el infierno que se venía sobre Europa? ¿Francia, Italia, Rusia, Alemania, Gran Bretaña o Estados Unidos eran conscientes de lo que este suceso al otro lado del mundo desencadenaría?

Fácil sería decir que este asesinato perpetrado por el Bosnio de 20 años Gavrilo Princip fue el causante de la 1ª Guerra Mundial, que este asesino es el culpable de todo lo que se vendría, pero como hemos dicho esto es incompleto.

Para completar la respuesta debemos explicar el actuar de este extremista nacionalista en el contexto geopolítico en que toda Europa y las partes de Asia conurbadas a ésta se encontraban fuertemente conflictuadas entres sí debido a la competencia que mantenían por el dominio de partes específicas del mundo, y para las que ya se estaban definiendo bloques de alianzas que luego se llamaron Triple Alianza y Triple Entente.

A este escenario le agregamos que, se había llegado a un punto en que todos los países contaban con armamento en cantidades jamás imaginadas y con la última tecnología hasta ese momento conocida con los que ya se apuntaban entre sí. La maduración de este escenario puede discutirse, pero al menos tiene 20 años, desde 1896 en que se reporta la última recesión económica en Europa Occidental.

Ahora sí, en este escenario en el que ya estaba el pasto seco regado con miles de galones de gasolina, un solo fósforo a medio prender bastaba para desencadenar el infierno.

Parece que nos hemos salido del tema, pero no, el escenario geopolítico actual guarda fortísimas similitudes históricas con esto, tenemos por ejemplo los grandes bloques, con EE. UU. y la OTAN por un lado y a Rusia, China (y cada vez más aliados) por el otro. Ambos bloques cuentan con armamentos tecnológicos de punta, y se están apuntando entre sí alrededor del mundo en todas sus bases. El conflicto lo mismo estalla en suelo europeo como Ucrania, como en América Latina como en África.

¿A qué fue entonces Nancy Pelosi a Taiwán? A amagar con ser ese fósforo que inicie el infierno.  Ella lo sabe, es brillante, inteligente, un cuadro del programa neoliberal.

Su objetivo era medir la reacción de China, era amagar a su rival económico. Sin embargo, olvidó que todo el mundo veía, escuchaba y estaba al filo de las circunstancias, por lo que el amago aunque con dedicatoria especial, lo sintió toda la humanidad.

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Fidel Sánchez

José Fidel Sánchez Juárez Economista poblano.